jueves, 11 de diciembre de 2008

TÉCNICAS DE ESTUDIO

Jean-Paul Sartre




Filósofo y escritor Nació 1905 Murió 1980. Uno de los más brillantes pensadores de este siglo, personalidad primerísima del movimiento existencialista. Expresó gran parte de su doctrina en obras dramáticas y novelas que han alcanzado resonancia universal. Como filósofo reflexionó sobre la soledad, la angustia, el fracaso, la muerte... Sostuvo que la existencia precede a la esencia, que el infierno son los otros y que el hombre es una pasión inútil. Su obra filosófica más importante es El ser y la Nada.




Cuando subrayamos lo más importante de un texto y lo resumimos, estamos aplicando dos técnicas de estudio fundamentales: el subrayado y el resumen. Con ellas detectamos lo más significativo del texto y reducimos su asunto a lo esencial. Además, estas técnicas facilitan el aprendizaje y favorecen el rendimiento escolar.

¿QUÉ ES SUBRAYAR?

Subrayar un texto es trazar una línea debajo de determinadas palabras o frases para destacarlas, porque encierran lo esencial de éste; así nos es más fácil recordarlo.

Con el subrayado reducimos el texto a la mínima esencia significativa, a su contenido principal, para lo que muchas veces no es necesario subrayar frases enteras, sino solo palabras 'clave', las justas: sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios de negación, etc.

¿PARA QUÉ SIRVE?

Subrayar sirve para:
Obligarnos a hacer una lectura atenta del texto.
Forzarnos a la reflexión a fin de distinguir entre lo importante y lo secundario.
Fijar las ideas o los temas del escrito.
Memorizar con mayor facilidad lo que se ha de estudiar.
Evitar el cansancio visual, al no ser preciso releer el texto completo para recordarlo.
Ahorrar tiempo y esfuerzo cuando hemos de preparar o repasar un examen.

TÉCNICAS DE SUBRAYADO:

Para que el subrayado resulte útil, se deben seguir las siguientes recomendaciones:
1. Leer el texto detenidamente para saber qué dice y obtener una visión de conjunto. En esta primera lectura solo se debe atender al contenido y observar si se conoce el significado de las palabras; en caso contrario, se ha de acudir al diccionario para resolver las dudas.

2. En una segunda lectura se puede comenzar a subrayar con un lapicero fino, que permita posteriormente rectificar o borrar si es preciso. Solo se subrayan las ideas importantes, que, generalmente, no ocupan todo el párrafo. Si se deben subrayar dos o más renglones, es preferible poner una raya vertical en el margen porque, de lo contrario, se sobrecarga el texto y se dificulta su posterior lectura y memorización.

3. Se debe leer de nuevo lo subrayado e intentar borrar aquello que juzguemos aún 'prescindible', sin lo cual no varia fundamentalmente el texto y lo recordamos igualmente.

Siguiendo lo anterior, se ha fijado lo esencial. Pero conviene hacerlo atractivo a la vista. Dado que la mayor parte de los textos utilizan la tinta negra, es aconsejable cambiar el subrayado hecho con el lapicero por otro de color para que nos resulte más sugestivo:

El color rojo destaca sobre los demás y hace que la vista se dirija hacia él. Se debe utilizar para subrayar las ideas importantes.

El color verde es relajante, puede emplearse para las ideas secundarias.

Deben utilizarse bolígrafos o pinturas de punta fina para no saturar la página. Es bueno evitar o reducir al máximo la utilización de rotuladores fosforescentes porque causan cansancio visual cuando la atención sobre el texto debe ser prolongada. De utilizarlos, los reservaremos para poner puntos, círculos, guiones o pequeñas flechas.

¿QUÉ ES RESUMIR?

Resumir es reducir a lo esencial un texto; hacer un extracto en el que se recoja lo más importante de éste, con precisión y utilizando nuestras propias palabras.
Se pueden resumir tanto textos orales como escritos, libros, películas, etc.

¿PARA QUÉ SIRVE?

Hacer resúmenes es muy útil porque:

Ayuda a comprender mejor los textos, ya que, para resumirlos, necesitamos haberlos leído detenidamente.

Exige un esfuerzo de síntesis que nos obliga a reflexionar sobre lo que dicen.

Facilita el estudio al redactar lo expresado por el autor con nuestras propias palabras y giros.

Favorece el repaso del contenido antes de un examen.

¿CÓMO SE HACE?

Para conseguir que un resumen sea verdaderamente útil, debemos seguir estos consejos:
Leer atentamente el texto.

Distinguir entre las ideas básicas y las secundarias, a partir de un esquema o subrayado previos.
Observar la conexión existente entre las diversas ideas expuestas y los diferentes párrafos.

Redactar con precisión y brevedad solo las ideas básicas del autor, sin enjuiciarlas, utilizando para ello nuestras propias palabras.
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jueves, 4 de diciembre de 2008

EL CUENTO

Los hermanos Grimm, Jacob Ludwig Karl y Wilhelm Karmm,
autores de cuentos tan famosos como: La Cenicienta, Caperucita Roja,
Blancanieves y los Siete Enanitos, entre otros



Érase una vez... Estas tres palabras tienen un poder especial; cuando las escuchamos, inmediatamente nos dejamos llevar por la magia y nos sumergimos en el mundo de la fantasía. Seguro que te encanta escuchar historias de lugares lejanos, personajes encantados, episodios increíbles..., pero posiblemente también te guste contarlas. Niños y mayores disfrutamos con los cuentos, muy especialmente con los que nos ha legado la tradición. ¿Quieres saber más sobre los cuentos? ¿Te gustaría convertirte en un buen cuentacuentos? Pues, érase una vez...



… EL CUENTO:



El cuento es un relato breve escrito en prosa, en el que se narran hechos fantásticos o novelescos, de forma sencilla y concentrada, como si hubiesen sucedido en la realidad. Se trata, por tanto, de un tipo de obra que pertenece al género narrativo.



Aunque tendemos a creer que los cuentos se escriben para los niños, no es así; muchos de los que hoy consideramos infantiles fueron creados para los adultos y luego adaptados para los pequeños.
Existen dos tipos de cuentos, los llamados tradicionales o populares, que son historias creadas por el pueblo y que se transmiten de generación en generación oralmente, y los cuentos de tradición literaria, que son creaciones de un autor concreto que han llegado a nosotros a través de los libros.



LOS CUENTOS TRADICIONALES O POPULARES:



Antiguamente mucha gente no sabía leer ni escribir, por eso los cuentos se transmitían de forma oral. Los padres o los abuelos los contaban alrededor de la lumbre para divertir a los más jóvenes y mostrarles con ellos unos valores o unas enseñanzas provechosas. De ahí que la historia sea sencilla y se narre de forma lineal desde el comienzo hasta el final.



En la estructura de los cuentos hay un planteamiento, un nudo y un desenlace:
En el planteamiento se presentan:
El tiempo en el que se desarrolla el relato (muy impreciso): érase una vez, hace muchísimos años, en tiempos de Mari Castaña...
El lugar (indefinido) donde transcurre la acción: en un lejano país, en un bosque, a dos leguas de...
Los personajes, a los que se caracteriza como buenos o malos desde el principio, sin que varíen a lo largo del relato. Los protagonistas son niños pobres, a veces huérfanos, o bien hijos de reyes, princesas, etc.; y los antagonistas o personajes que se oponen a sus proyectos son dragones, ogros, brujas, duendes, diablos, etc.
El inicio del asunto del relato.
En el nudo se desarrolla el conflicto, la acción principal. Los antagonistas intentan dificultar la labor que han de realizar los protagonistas o hacerles algún mal, pero estos, ayudados por un hada, una viejecita, un gnomo bueno, etc., o con la ayuda de un talismán o su propio ingenio, logran superar todas las dificultades que se les presentan.



El desenlace o final suele ser feliz; se premia el valor, la bondad o la inteligencia del protagonista, casi siempre con el amor y el matrimonio. Finaliza con frases como: Colorín colorado, este cuento se ha terminado; fueron felices, comieron perdices...



Si analizamos los relatos populares de distintas culturas, descubriremos que muchos de ellos tienen contenidos muy parecidos, que se producen anécdotas o episodios que son prácticamente iguales. Esto se debe a que cuentos de pueblos diferentes, en ocasiones, suelen recrear los mismos motivos. Un ejemplo es el del personaje que duerme, que en la tradición centroeuropea dio origen a La bella durmiente, pero que en España también aparece, en el cuento titulado El príncipe durmiente. ¿Lo conocías?:



Cuenta la historia que en un castillo lejano hay un príncipe encantado. Es muy guapo y se pasa todo el año durmiendo, y solo despierta en la madrugada del día de San Juan. Si al despertar no encuentra a nadie, vuelve a dormirse hasta el año siguiente. Así estará hasta que una princesa vaya al castillo, se siente a su lado y allí se quede hasta que despierte el día de San Juan y la encuentre. Cuando esto suceda, el príncipe se casará con la princesa y se deshará el hechizo.



LOS CUENTOS LITERARIOS O ARTÍSTICOS:



Son creaciones individuales, difundidas a través de los libros. Sus orígenes se sitúan en Oriente, desde donde llegaron a Europa a través de los árabes. En la edad media destacaron los cuentos de El conde Lucanor, escritos por Don Juan Manuel; en el siglo XIX sobresalieron las recreaciones que de los cuentos tradicionales hicieron Charles Perrault, los hermanos Grimm y Hans Christian Andersen, como Cenicienta, Blancanieves, El patito feo, etc. ¿Cuál es tu preferido?
Con frecuencia, los cuentos aparecen agrupados en colecciones. Es el caso de los Las mil y una noches, donde se recogen narraciones procedentes de la literatura árabe. La historia que sirve de marco a estos cuentos es la de un rey persa que solía matar a sus esposas en la noche de bodas, hasta que una de ellas, llamada Sherezade, decide acabar con esta cruel costumbre. ¿Cómo? Para salvar su vida, la noche de bodas empieza a contarle al monarca un cuento que deja sin acabar hasta la noche siguiente. El rey, intrigado por conocer el desenlace, decide no matarla. Pero a la noche siguiente, la joven enlaza el final de ese cuento con el principio de otro, manteniendo la intriga otro día más. Así ocurre una noche tras otras, hasta que el rey, distraído por los cuento, olvida su obsesión.



Otra colección de cuentos muy famosa es la que Don Juan Manuel recogió en su obra El conde Lucanor, compuesta por cincuenta y una historias. En esta ocasión, el conde pide a su ayo Patronio que le aconseje sobre diferentes problemas. Patronio responde a su señor con cuentos que ejemplifiquen sus consejos y de los que se pueda extraer una enseñanza. Aquí tienes un ejemplo, que quizá te resulte familiar:



De lo que aconteció a una mujer que se llamaba doña Truhana:
El conde Lucanor pedía consejo a Patronio sobre un negocio que le habían propuesto, en el que le aseguraban que de muy poco acabaría obteniendo gran ganancia. Patronio contestaba así a su señor:“Señor conde, dijo Patronio, una mujer de nombre doña Truhana, que más era pobre que rica, un día iba al mercado y llevaba una olla de miel en la cabeza, y yendo por el camino, comenzó a pensar que vendería aquella olla, y con lo que le dieran compraría huevos, y que de aquellos huevos nacerían gallinas y las vendería, y de aquellos dineros compraría ovejas, y así se imaginó más rica que ninguna de sus vecinas, y que, así podría casar a todos sus hijos, por lo que iría de ellos acompañada por la calle, con lo que la gente hablaría sobre cómo de tan pobre había llegada a tener tan gran riqueza. Y pensando en esto, comenzó a reír con gran placer, y riendo se dio en la frente con la mano, por lo que la olla cayó al suelo y quebrose. Comenzó a lamentarse porque había perdido todo lo que había soñado que iba a conseguir con la olla, pues había puesto esperanza en cosas vanas. Y vos, señor conde Lucanor, si quisierais que lo que os dijeron y lo que queréis sean cosas ciertas, procurad que tales cosas sean siempre seguras y no dudosas ni vanas.”



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